domingo, 30 de diciembre de 2012

Vinos de diario

A los que tenemos la “mala” costumbre de beber vino en las comidas, eso sí siempre con moderación, en vez de acompañarlas con un triste vaso de agua, tenemos que hacer el ejercicio de buscar vinos donde su relación calidad precio sea excelente.

¿Dónde y cómo ponemos este límite?. Está claro que para gustos colores, aunque fundamentalmente este listón lo pondrá nuestro bolsillo. Pues venga, hagamos números.

Tomaremos como premisa principal un consumo moderado de vino y según la última campaña del Gobierno de España y cofinanciada por los Fondos Europeos y la cual podéis ver en la url: http://www.quiensabebebersabevivir.es/ , este se consumo se cifra en unos 25 centilitros persona/día, es decir un tercio de botella estándar.

Por tanto gastarnos un poco más de dos euros al día en algo que nos gusta y que además complementa nuestras comidas creo que no es ningún dispendio. Así que voy a poner el límite de precio en unos siete euros por botella. Esto, os puedo asegurar que va a dar bastante juego.

A continuación os dejo más de media docena de vinos que dentro de este límite tienen una gran relación calidad precio.

  * Quintaluna 2011. Blanco elaborado por Bodegas Ossian con Verdejo de la DO Rueda. Un vino franco con la tipicidad de la zona, sin esos subterfugios tropicales a los que desgraciadamente nos tienen acostumbrados bastantes elaboradores de esas tierras castellanas. Frescura con buen volumen y peso de fruta. Precio aprox. 6 euros.

  * Linaje Garsea Joven 2011. Vino tinto de la Ribera del Duero, 100 % Tinta Fina con un leve paso por madera de unos tres meses. Los hermanos García han sacado muy buen fruto de esta excelente añada, mostrando así todo el potencial ribereño hasta en su vino más joven. Fruta y frescura, no exento de un buen volumen en boca. Estoy expectante por probar las versiones crianza y reserva de estas añadas. Precio aprox. 5 euros.

  * Juan Gil 4 meses. Tinto de Jumilla elaborado con Monastrell. Año tras año sigo este vino y su evolución ha sido impresionante. Nunca le faltó ese toque mediterráneo de madurez, de sol, pero en las últimas añadas ha sabido conjugar esa fruta con un toque especiado de sus buenas maderas. La pena es que en bodega ya no queda. Hay que buscar en las tiendas.Precio aprox. 5 euros.

  * Castro Valtuille Joven 2011. Tinto de Mencía del Bierzo. Parcialmente criado en madera, es un vino con una nariz llena de matices frutales con un fondo muy floral. Su boca es amable, golosa, sin aristas. Una delicia para cualquier paladar. Precio aprox. 6 euros.

  * Nauta 2009. Monastrell de la DO Vinos de Alicante. Un vino con buen balance fruta madera en nariz y un boca sedosa y envolvente con buen peso de fruta. Un vino fácil de entender y de beber. Precio aprox. 6 euros.
  
  * Dios Ares Crianza 2009. Rioja de Tempranillo con un corte moderno, fruta roja madura, fresco, aterciopelado, muy redondo. Muy buen ejemplo de los nuevos aires que corren por las tierras riojanas. Precio aprox. 7 euros.

  * Néctar PX. Dulce. Una Pedro Ximénez con una frescura digna de reseñar. No exenta de complejidad en nariz y de buena longitud en boca. Precio aprox. 7 euros.

Cuando haces una selección siempre te dejas fuera muchos vinos, bien sea por desconocimiento, olvido o gusto personal. Este post sólo busca el poder ayudar a abrir nuevos caminos en el conocimiento del vino a un precio razonable. Abierto estoy a que aportéis muchos más vinos a esta lista. A todos nos vendrá bien.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Una cata con mucho sentido

Cierto es que me cuesta muy poco decir que sí a cualquier propuesta que en ésta lleve la palabra vino. Pero en esta ocasión no me cupo ninguna duda, ya que tenía todos los alicientes para aceptar.

En primer lugar fue mi amigo Antonio Lloréns del Diario Información el que me realizó la propuesta, segundo, que era mi compañero Chencho Reyes quien la organizaba, tercero, que la cata sería con la colaboración del CRDO Vinos de Alicante y por último, y lo que la hacía diferente e irrenunciable es que se iba a realizar con personas invidentes.

Dicha cata se celebró el pasado 24 de noviembre dentro de la Feria "Elche con todos los sentidos" y en un marco incomparable como era la plaza que hay entre la Basílica de Santa María y el Palacio de la Calahorra.

Creo que los objetivos eran claros, por un lado acercar al gran público al mundo del vino, y por otro, desmitificar que los sumilleres son personas de otra galaxia, inaccesibles, con dones extrasensoriales, lo cual sin duda, hará que la gente se acerque sin miedos a este maravilloso mundo.

Nos reunimos allí un grupo variopinto de personas a catar y como os decía dos de ellos eran invidentes; Jonathan Armengol, crítico gastronómico y Diego Fernández experto venenciador jerezano. Junto a ellos y representando a la sumillería alicantina estaban Chencho Reyes, campeón de España de Sumilleres en el 2011, Juan Carlos Abraldes, sumiller de la Enoteca Vinícolas, Yolanda Titos, sumiller del Gourmet Experience del Corte Inglés y yo mismo. También compartían mesa de cata, Nuria Martí, docente de la UMH y Antonio Miguel Navarro, presidente del CRDO Vinos de Alicante

Antes de sentarnos Jonathan sugirió que ellos estaban en inferioridad de condiciones y que debíamos ponernos un antifaz para igualar fuerzas. La idea nos pareció genial y así lo hicimos.

Aunque los vinos era la excusa, no está de más hacer una reseña de ellos y las anécdotas que surgieron en alguna de las catas. En un próximo post os dejaré unos comentarios de cata de cada uno de ellos.

Comenzó Chencho e hizo la introducción del primer vino, Monte Diva de Gutiérrez de la Vega. Habíamos quedado que cada uno de los sumilleres haríamos la introducción de un vino y luego procederíamos a su cata. Por tanto, le tocaba a Chencho hacerla ... pero allí no hablaba nadie.

Me preguntaba, ¿qué estará pasando?, os recuerdo que llevábamos puesto el antifaz. Aquellos segundos se me hicieron eternos hasta que Chencho dijo: "disculpad pero mi copa no huele a nada, aquí no hay vino". Carcajadas en el público asistente, le habían puesto agua en la copa.

Era el turno de Nuria y el rosado Cesilia de la Bodega Heretat de Cesilia. Cogí la copa, y cuando me la puse en la nariz no me olía a nada, la moví de manera reiterada y os puedo asegurar que su aroma me recordaba a zumo de algún fruto rojo. Sospeché que esta vez la víctima iba a ser yo y así lo dije: "ésto que tengo en la copa no es Cesilia, ni tampoco es vino". Volvieron las carcajadas a la plaza, en este caso era un zumo de granada.

Una vez restablecida la normalidad continuó Yolanda con el tinto El Sequé, yo tuve la responsabilidad de catar un producto local, la mistela de moscatel La Palma Blanca de Bodegas Faelo. Juan Carlos nos desveló los matices del tinto dulce de Pepe, Dolc de Bodegas Enrique Mendoza, y para acabar, como no podía ser de otra forma,  un Fondillón 1987 de Salvador Poveda, presentado por el presidente del CRDO Antonio Miguel Navarro.

Después de casi hora y media de una amena y divertida cata, nos quitamos el antifaz y pudimos comprobar que había mucho público asistente y todo volvía a la normalidad. Y digo ésto porque tener la fortuna de poder ver no la valoras en su justa medida hasta que no pasas por un trance como éste.

Cierto es que muchas veces cuando cato los vinos cierro los ojos para agudizar mis sentidos y así se lo suelo recomendar a mis alumnos, pero os puedo asegurar que una cosa es hacerlo unos segundos y otra muy diferente lo que hicimos aquel día.

Todos coincidimos en que fue una experiencia inolvidable en muchos aspectos y que repetiríamos en otra ocasión, eso sí, en la próxima no sabremos los vinos a catar. Más difícil todavía.

Antonio Lloréns presentando el evento
En plena cata




domingo, 18 de noviembre de 2012

Ribera vs Rioja

Cuando preparas una cata temática siempre buscas una intención, al menos en mi caso, aunque no siempre lo consigues.

En este caso la intención, y como suele ser en una cata ciega, era hacer desaparecer prejuicios y desetiquetar a los consumidores que dicen "a mí me gusta los riojas (o los riberas)".

Para ello debía hilar muy fino en los vinos elegidos, y además en el caso de Rioja, opte por vinos de corte moderno, para complicar todavía más, si cabe, al catador.

El ejercicio creo salió perfecto y más de uno tuvo que reconocer que a partir de ahora mirará mucho menos de donde es el vino.

Siempre he considerado que lo relevante no es la zona de elaboración del vino, lo importante es que te guste, y después preguntarte si pagarías lo que cuesta, y se acabó.

Personalmente odio las etiquetas de comprar vino por el mero hecho de su procedencia o por ser crianzas o reservas, y más con lo confusa que es nuestra legislación en ese aspecto.

La cata constó de tres tandas, donde en cada una de ellas se enfrentaban dos vinos, evidentemente un Ribera y un Rioja, los cuales estaban en la misma horquilla de precio, y de manera ascendente por este criterio económico.

En la primera se enfrentaron Artadi Tempranillo 2010 (Rioja) y Carmelo Rodero Roble 2010 (Ribera).

El primero se presentaba muy goloso, frutal, pero en boca aún destilaba demasiada juventud, con una acidez muy viva aún por integrar, aunque apuntaba muy buenas maneras.

Carmelo Rodero Roble y a pesar de tener la misma edad, estaba mucho más redondeado en boca, con unos taninos muy pulidos y una acidez perfectamente ensamblada.

En el segundo enfrentamiento aparecieron a escena Viña Sastre Crianza 2009 (Ribera) y Luis Alegre Parcela nº5 2007 (Rioja).

Esta diferencia de edad, unida evidentemente a la clara diferencia de estilos, hizo que la división de opiniones se agudizara, por un lado la potencia muy bien estructurada, pero envuelta de frescura de Viña Sastre, contra la amabilidad y equilibrio de Luis Alegre.

Y como traca final, se vieron las caras Predicador 2009(Rioja) y Alonso del Yerro 2009 (Ribera). Otra vez división de opiniones.

En este caso las diferencias de estilo se manifestaron brutalmente. Un Predicador frutal, vivo, que parece esconder su madera en el sombrero de la etiqueta, lleno de elegancia, aunque con cierta timidez a la hora de mostrarse, y en el otro extremo un Alonso del Yerro contundente, en su nariz mostrando toda la franqueza ribereña y con una boca llena de señales inequívocas de un futuro más que prometedor.

Sinceramente salí más que satisfecho de este ejercicio, tanto por el resultado pedagógico como por el alto nivel de los vinos catados.

De todas formas y desde un punto de vista totalmente personal, me quedo con Viña Sastre Crianza de todas todas. Ya en su nariz se muestra muy complejo, pero si hay que destacar su mayor virtud, ésta es su boca arrolladora pero fresca a la vez, con un equilibrio fruta-madera muy destacable, unida a su impresionante longitud.

En fin, que disfrutamos como enanos y además conseguí mi fin didáctico, que más se puede pedir.

P.D.: Pedrito, gracias por tu hospitalidad.



viernes, 12 de octubre de 2012

Cerrando la persiana

Últimamente no hago más que recibir malas noticias gastronómicas. Es raro el mes que no me entero del cierre de algún restaurante en el cual de una mayor o menor manera he tenido una implicación personal o profesional.

Antes del verano cerró sus puertas el restaurante ilicitano Frisone, en el cual he tenido el placer y el orgullo de compartir muchos y buenos momentos en los últimos cinco años. He sido su sumiller colaborador realizando cursos, catas, eventos, maridajes y asesorándoles en sus cartas de vinos y platos. Es cierto que Elche es un lugar complicado para la gastronomía, pero aún me sigo preguntando las razones que han llevado a que este restaurante no haya cosechado el éxito que debería haber tenido. Lo tenía todo, una sala moderna y atractiva, una cocina solvente y variada, con una carta de vinos bien estructurada con unos precios muy razonables y su servicio de sala era atento y amable.

Hace unas semanas me despacho con que la barra de Ladis también ha cerrado. Todos los que estamos en este mundillo lo conocemos, Ladis ha sido, es y espero que siga siendo, uno de esos cocineros que tiene un prestigio bien ganado en nuestra ciudad. Su cocina siempre me ha parecido de una marcada tipicidad, con un respeto por la materia prima y dónde ésta siempre es reconocible. Sé que Ladis se volverá a reinventar y no tardará en volvernos a ofrecer su cocina.

Y para terminar y con todo el dolor de mi corazón, esta misma semana recibo la noticia de la mano de los propios implicados, y ésta no es otra que el Tabarca también ha tenido que tirar la toalla. Con Lorena y David, además de ser cliente me considero amigo y ha sido un palo duro. Su cambio de ubicación para intentar aumentar su clientela no ha sido suficiente. Allí he comido siempre de manera excepcional, el servicio en sala de Lorena era simplemente extraordinario, profesionalidad y calidez a raudales. Sin duda uno de los mejores arroces negros de mi vida, por no decir el mejor, salío de las manos de David. Su cocina estaba en lo más alto, espero que pronto nos vuelvan a sorprender. Ese tándem lo necesita esta ciudad.

Sólo espero y deseo que sea la última vez que tenga que escribir sobre el cierre de un restaurante en Alicante. Deseo fervientemente que estos cierres no sean un adiós, sino un hasta luego.

De todas formas hoy paseando por el centro de Alicante, he quedado gratamente sorprendido de ver en la zona de la plaza de correos varios nuevos restaurantes que tienen buena pinta. No tardaré en realizarles una visita.

Es gratificante ver que siguen habiendo "valientes" que se atreven a montar algo, con la que está cayendo.

Así que a apoyarlos de la mejor manera posible, es decir, ir lo antes posible y escribir sobre ellos. Prometo que lo haré.

jueves, 5 de abril de 2012

Entrevista en Azpicilicuetasumiller

Recupero una entrevista que me realizó Azpilicuetasumiller.com. Me gustó responder a las preguntas, ya que algunas de ellas me hicieron pensar sobre aspectos en los cuales no me había parado a recapacitar y que son verdaderamente relevantes en el mundo actual del vino.

• COMIENZOS

1. ¿Recuerdas cuándo bebiste tu primera copa de vino?
Seguro que fue algún cava en alguna celebración familiar, pero mi primer recuerdo que me marcará convirtiéndolo en pasión, se remonta a los años que pasé en Cataluña, donde pude vivir la cultura del cava y que dicho producto era utilizado para armonizar toda una comida, desde el aperitivo hasta la sobremesa. Este hecho me hizo empezar a profundizar en el mundo del vino y abrirme puertas para probar otros productos vitivinícolas.

2. ¿El sumiller nace o se hace?
Estoy convencido que todo ser humano tiene un don y sólo algunos tienen la suerte y la posibilidad de explotarlo. Por tanto yo creo que el sumiller nace pero a base de vocación, esfuerzo, trabajo y tesón se hace.

3. ¿Qué cualidades debe tener un buen sumiller?
Sin duda debe amar su trabajo y estar siempre en plena fase de formación y aprendizaje. También es importante tener una buena memoria olfativa y ser un buen comunicador de sensaciones.

4. ¿Qué define mejor su trabajo: aptitudes, concentración, memoria,…?
La concentración y la memoria son muy importantes en este trabajo. Hay otro pilares que considero fundamentales, como son la constancia, la actitud, más que la aptitud y la pasión hacia este mundo.

5. ¿Con qué asociarías algo tan intangible como un aroma?
Un aroma es un recuerdo. Mucha de mi memoria olfativa está asociada a recuerdos de mi niñez o juventud. Inconscientemente durante esa etapa de mi vida he ido acumulando recuerdos, que ahora y aplicados a este mundo, me han evocado situaciones pasadas.


• TRABAJO

6. ¿Qué estilo de vino demanda el cliente habitualmente?
El cliente y aunque siempre es peligroso generalizar, suele ser bastante clásico en sus gustos y no le gusta arriesgar. Ahí es donde un sumiller debe poner todas sus armas y animar al cliente a abrir nuevas formas de entender el vino, a que éste pruebe otros tipos de vinos, que está claro, luego le pueden atraer o no, pero de esta forma tendrá otras opciones de elección. Cierto es que cada vez más el cliente se deja aconsejar y se atreve con estilos de vinos que no ha probado nunca.

7. La elección de los vinos es una tarea conjunta del sumiller y el cocinero. ¿Cómo selecciona los vinos para cada temporada? ¿El sumiller puede influir en la cocina?
Es fundamental que la cocina y el sumiller trabajen conjuntamente a la hora de la elección de la carta tanto de platos como de vinos. Me gusta que la carta de vinos sea muy dinámica y que se vaya adaptando, tanto a la cocina como a los gustos del cliente. Está claro y ocurre que tus gustos en los vinos a veces no coinciden con los de los clientes.
El sumiller puede y debe influir en la cocina. Tu opinión es muy válida a la hora de evaluar la armonía entre un plato y un vino. Además el sumiller es el receptor de las sensaciones del cliente, que luego se deben transmitir a la cocina.

8. ¿Por qué en muchos restaurantes españoles la presencia de la figura del sumiller es todavía escasa y, en muchas ocasiones, decorativa?
Porque en hostelería no se le da la importancia que tiene el vino en el restaurante. No cabe duda que una mala elección de un vino te llevará al traste cualquier comida. El sumiller es mucho más que una persona que aconseja y sirve vinos, también es un gestor de bodega y parte de la economía del restaurante depende de él. El sumiller además, no sólo tiene una formación en vinos, sino en destilados, cafés o tes y en productos llamados gourmets, como pueden ser jamón, foie, ostras, aceites, trufas…

9. ¿Sería interesante una relación más estrecha entre las bodegas y los sumilleres?
Es fundamental por muchas razones. Primero el sumiller es la figura más adecuada para transmitir al bodeguero cuales son los gustos y tendencias del consumidor. Por otro lado, su conocimiento y experiencia también pueden ayudar al elaborador a mejorar en la calidad de los vinos. Yo personalmente puedo decir que tengo la fortuna de tener una muy buena relación con las bodegas, cosa que me ayuda en mi trabajo y espero que yo también al suyo.

10. ¿Qué filosofía empleas a la hora de elaborar tu carta de vinos?
La base son mis gustos o mi forma de entender el vino. Es complicado vender un vino en el cual tú mismo no crees. Pero está claro que no te puedes encerrar en ti mismo y debes escuchar y valorar los gustos del cliente. Con ello intentas conjugar tu gusto personal con lo que el cliente demanda.


• OPINIÓN

11. ¿Qué necesita un vino para enamorarte? ¿Y para odiarlo?
Lo resumiría en pocas palabras, frutalidad, frescura, estructura y elegancia. Para mí es fundamental que los vinos sepan a lo que están hechos, es decir de una fruta. La frescura es otro pilar importante, ya que sin ella los vinos se vuelven pesados y no invitan a seguir bebiendo. La estructura para mí es importante, ya que me indica un buen trabajo en viña y bodega. Si además de todos estos factores lo podemos envolver de elegancia, harán que me enamore de este vino.
No puedo odiar ningún vino, siempre pienso que detrás de él hay un trabajo y una ilusión, lo cual me merece el máximo respeto.

12. ¿Qué características debe tener el sumiller del siglo XXI?
Debe ser una persona que ame esta profesión, que siempre esté en constante evolución y formación, abierta a nuevas tendencias y formas de entender el vino y con una gran dosis de humildad.

13. ¿Qué vino recomendarías para cada situación: con tu pareja, en una comida de negocios, con los amigos?
Con mi pareja sin duda elegiría un espumoso, cava o champagne, ya que este producto siempre tiene una clara connotación festiva y de celebración. Para una comida de negocios, las cuales suelen tener largas sobremesas, un vino tinto con una importante crianza, ya que éstos suelen sorprender en el transcurso del tiempo por estar en constante evolución. Con los amigos me decantaría por un vino tinto más joven, buscando frescura y que sean fáciles de beber, ya que ese grupo suele ser bastante heterogéneo y los gustos pueden ser muy diferentes.


14. ¿Qué consejos le darías a una persona joven que te dijera que se quiere dedicar a esta profesión?
La primera pregunta que la haría sería si tiene pasión por este mundo, si fuera así, que debe formarse de una manera intensa, sin desfallecer en el aprendizaje continuo, intentando ser una esponja sobre lo que te puedan aportar tus compañeros como cualquier cliente. Tampoco debes caer en el error de pensar que lo sabes todo, ya que cuanto más profundizas, te das cuenta que hay un mundo infinito que explorar.


• SITUACIÓN

15. ¿Cómo ve el vino español en estos momentos de sus variedades recuperadas y sus territorios diferenciados?
Es una gran iniciativa la de recuperar variedades que desde tiempos ancestrales han estado cultivadas en ciertas zonas y viñedos, ya que si han estado ahí es porque su adaptación al terruño ha sido la correcta. Esto confiere a los vinos de manera indudable esa tipicidad tantas veces demandada. La moda de traer variedades foráneas ha descendido considerablemente, en algunos casos han sido acertadas, en otros muchos, no. Está claro que de esta nueva experiencia se sacarán conclusiones positivas y abrirán un nuevo espectro de posibilidades vitivinícolas.

16. ¿Cree que hay una tendencia a la globalización de los vinos en España, que a pesar de la recuperación de las variedades, los vinos tienden a ser iguales?
No hay que negar que la mejora tecnológica, tanto en las técnicas utilizadas en el viñedo como las enológicas en la bodega, han hecho que en muchas ocasiones sea realmente difícil identificar la región donde se han producido los vinos. Pero en los últimos años creo que dicha tendencia ha virado considerablemente, ya que con el descenso del consumo que está sufriendo este país de forma alarmante en estos últimos años, unido a la aparición de innumerables nuevos vinos y bodegas, muchos elaboradores han tomado conciencia que un factor de venta importante puede ser la diferenciación, es decir conseguir un vino con una tipicidad que lo desmarque de esa tendencia globalizadora.